LA SITUACION LINGUISTICA EN EL NOROESTE ARGENTINO

Antes de referirnos a las lenguas que hablaban los indígenas del sector argentino (básicamente de las actuales provincias de San Juan, Mendoza, Catamarca, La Rioja, San Luis y Córdova) conviene dilucidar el problema de cuáles fueron los habitantes primitivos. Asunto este que se ve dificultado por la escasez de documentos y de noticias históricas, como también de vestigios arqueológicos significativos.

Según Berta Elena Vidal de Bettini (29), la región de las sierras estaba habitada por los comechingones (en la región serrana de Córdoba y San Luis). En La Rioja se ubicaban los diaguitas. Los huarpes, divididos en dos ramas, los allentiac y los millcayac, ocupaban las regiones de San Juan y Mendoza respectivamente. El sur estaba ocupado por los indios pampas, nómades y recolectores, de cultura opuesta a la de los serranos. Modernamente se les designa con el nombre de ranqueles.

A la llegada de los españoles la población indígena era escasa, exceptuando la región diaguita - calchaquí. Los viajeros que recorrían las rutas de la llanura tuvieron la impresión de que atravesaban zonas despobladas, pero los testimonios de los que se internaban en la sierra hablan de una tierra de "mucha gente". Los seguro es que la población se agrupó en los valles aptos para la agricultura y resgurdados de posibles ataques de sus temibles vecinos del sur, los ranqueles. Por otro lado, los indios huían de la proximidad de los caminos transitados por los españoles.

La población indígena, ya poco numerosa, debió disminuir después de la conquista. Se llevaron indios encomenderos a Chile, como se hacía todos los años, desde San Juan y Mendoza (30).

No hay noticias concretas sobre la lengua de los indígenas de San Luis, aunque sí existen datos generales sobre las lenguas de Córdoba, Mendoza, San Juan y La Rioja, con las cuales seguramente tendría afinidades.

En la primera parte de este trabajo aludimos a las referencias de P. Alonso de Bárzana a su provincial y a la del P. Del Techo (31) en relación a la dificultad de los misioneros para predicar la doctrina cristiana, dada la enorme variedad de lenguas que hablaban los naturales de esas regiones. Lo más probable es que no se trate de lenguas sino de dialectos lo suficientemente diferenciados como para producir esa impresión. Consta en las Cartas Anuas de los jesuitas que en Cuyo se hablaban lenguas distintas de las otras regiones, pero parecidas entre sí. Para alivio de los jesuitas se utilizaron para la conversión de los indios lenguas generales que abarcaban extensos territorios: la lengua guaraní, en Paraguay y Brasil; la beliche en todo Chile, y la lengua del inga en Cuyo, Tucumán y muchos otros pueblos quechuizados (32).

En otro documento jesuita que se encuentra en el Archivo de Mendoza se afirma que en Cuyo se hablaban cuatro lenguas:

"Que con ser gente tan poca que hay en esta provincia y estar tan dividida, es necesario que los nuestros aprendan cuatro lenguas diferentes y dificultosas" (33).

Con seguridad, dos de estas lenguas serían el allentiac de San Juan y el millcayac de Mendoza; las otras dos podrían pertenecer a San Luis, la tercera región de Cuyo.

¿Pertenecerían estos cuatro dialectos a una lengua común? El P. Cabrera, que investigó este problema lingÜistico aún sin solución durante más de treinta años en los archivos regionales, cree que el millcayac se extendía desde Mendoza, por San Luis, hasta Córdoba y La Rioja, y que éste y el allentiac

"Más que dos lenguas hermanas, eran codialectos de su vecino, el idioma cacán o diaguita, fronterizo de ellos (...)" (34).

Para arribar a esta conclusión el P. Cabrera se funda en la similitud de nombres geográficos y gentilicios, huarpes y diaguitas, encontrados en documentos coloniales.

Imbelloni, por el contrario, cree que el allentiac es una lengua aparte, y no un dialecto del cacán y una variante suya sería el millcayac:

"una variante dialectal parece haber sido el millacyac de la antigua provincia de Cuyo (Mendoza), parte de San Juan, San Luis" (35).

(29) Berta Elena Vidal de Bertini, El habla rural de San Luis, Buenos Aires, Universidad de Buenos Aires, 1949, pp. 3 - 20.

(30) Sobre estas migraciones forzadas existen muchas referencias. Alvaro Jara (Guerra y Sociedad en Chile, Santigo, Universitaria, 1984, 3º ed.) menciona entre otras fuentes las que siguen: Salvador Canals Frau, Poblaciones indígenas de la Argentina, Buenos Aires, Sudamerica, 1953, 391 - 393. Crescente Errázuriz, Seis años de la Historia de Chile, 2 vols., Santigo, 1908, II, 160 - 161. Emiliano Torres, "Etnografía aborigen. Los indios huarpes", Revista de la Junta de Estudios Históricos de Mendoza, Mendoza, T.I (1936) pp. 463 - 468.

(31) Vd. Nota 1.

(32) Cf. Berta Vidal, op. cit.

(33) Pablo Cabrera, Los aborígenes del país de Cuyo, Córdoba, 1929, pp. 40 - 41.

(34) P. Cabrera, op. cit., p. 33.

(35) José Imbelloni, "Lenguas indígenas del territorio argentino", Historia de la Nación Argentina, Buenos Aires, T. I (1936), pp. 202 - 204.